Escritura y duelo

Por Denise Blais

Completar el ciclo

Tengo una teoría acerca del duelo que quizás no sea solamente mía, pero desde luego mi propia observación me ha llevado a esa conclusión: si nunca has conseguido atravesar un duelo, lo más probable es que te sea casi imposible cerrar completamente el círculo ante cualquier tipo de pérdida. Una buena manera de comprobarlo es hacerte preguntas. En las tareas cotidianas, ¿consigo terminar la tarea hasta el final o normalmente me dejo algo en el camino? Por ejemplo: cuando friego los platos, ¿termino todo o dejo una olla a remojar, unos cuchillos o una cuchara en el banco? Cuando toca limpiar, ¿soy experta en dejar algo para mañana o pasado? A la hora de dormir, ¿me cuesta conciliar el sueño? ¿Tengo la sensación de que todo está bien o me es difícil apagar mi mente y decirle adiós al día que se está acabando?

Cuando se habla de duelo, no solamente se trata de la muerte de un ser querido o de una mascota. Unas cuantas situaciones más suponen una pérdida importante en nuestra vida y nos exigen transformación y asimilación: separación o divorcio (implica separarse o alejarse de varios miembros de la familia, no solamente de la pareja), pérdida de salud, de un trabajo, una actividad, un objeto de gran valor sentimental, cambio de casa, de ciudad, de país, y un largo etcétera.

Según la doctora Elisabeth Kübler-Ross, muy conocida por sus investigaciones acerca de la muerte y del duelo, la última etapa de un duelo es la aceptación. Las fases anteriores son: la negación, la ira, la negociación y la depresión. Por otro lado, el experto en duelo y psicólogo canadiense, Jean Monbourquette, añade unas etapas más que me parecen fundamentales y permiten cerrar el ciclo: descubrir el sentido de la pérdida, perdonar, recibir el legado espiritual. Se trata de integrar en sí mismo el aprendizaje o las cualidades que uno admiraba en la persona que ya no está.

Expresarse a través de una carta

Escribir una carta a tu ser querido, ex pareja, ex cuñada, a la casa que tienes que abandonar, a tu perro, incluso a tu trabajo o a un objeto que tienes que vender o que te robaron, es una forma maravillosa de despedirte y de expresar todo lo que necesitas decir y que no has podido hacer por falta de tiempo o porque la situación no lo permitía.

Simplemente empieza a escribir y deja salir todo lo que surja. Ten en cuenta que es una carta que nunca enviarás a nadie. Puedes expresarlo absolutamente todo. Si lo deseas, puedes quemarla después. Es importante reconocer todo lo que has aprendido a través de esa persona o situación y dar las gracias. Expresar las emociones que esa pérdida te provocó es fundamental para integrarla y mirar hacia el futuro.

Denise Blais es escritora, profesora, creativa. Imparte talleres online de escritura creativa y sanadora.

Jean Monbourquette añade unas etapas más que me parecen fundamentales y permiten cerrar el ciclo: descubrir el sentido de la pérdida, perdonar, recibir el legado espiritual

Leave a Reply

  • (will not be published)